Yo no odio el reguetón
Ni a quienes lo escuchan.Tampoco lo amo ni es lo que me fascine escuchar. Pero no lo odio. Ni a los cantantes, ni a los que lo bailan o cantan a todo pulmón. Si lo hiciera no sería por razón de su música. Porque me guste o no, fácil, difícil, inculta o no, tenemos que clasificarla ahí , como el "Arte de combinar los sonidos de la voz humana o de los instrumentos, o de unos y otros a la vez, de suerte que produzcan deleite, conmoviendo la sensibilidad, ya sea alegre, ya tristemente." ¿sonidos? sí, ¿producen deleite, conmueven la sensibilidad ya sea alegre o tristemente? Sí. Ya que un músico venga a debatirme sobre la armonía, los tiempos y esas cosas no. Por eso no todos somos músicos. Para el resto de los mortales, no es usurpación usar el término.
Mierda, basura, y los otros adjetivos usados para referirse al objeto o sujeto de la práctica cultural, solo le quitan argumento a los auto denominados intelectuales que con tanto ahínco se esfuerzan en decirnos lo que está bien y lo que está mal.
Soy de la asombrosa mayoría que escucha otros géneros, en mi caso particular el rock, pero el espectro de lo que oigo es tan amplio que caen muchas cosas en mis oídos. En general, se quedan las que me gustan y considero buenas. Los clásicos para mí, que pueden ser Brahms o AC/DC.
La asombrosa mayoría de la cual no conozco ni al 1% de la población, en algún momento tuvo que departir, compartir, o llegar como sujeto pasivo a una fiesta, transporte público o taxi donde se escucha reguetón. En mi caso, no me aplico a destilar insultos durante o después de la travesía .
De la mejor manera posible, con alcohol de por medio de preferencia, trato de hacer el rato lo menos amargo que se pueda. Me río, hago parodias, bailo muy mal, pero no olvido que quienes me llevan voluntaria, fortuita o forzosamente a la situación, son seres humanos. Y que merecen lo que yo merezco y más (de lo bueno, de lo malo no podría asegurarme) .
Me amarga leer y oír gente diciendo que es música basura por 'sus letras' (al parecer muchos de los que a grito herido cantan rock en inglés en sus ratos de ocio no tienen idea de lo que están diciendo), por 'sus videos' (que se parecen en algunas cosas al soft porn, pero contra ese nadie hace campaña negativa en masa), por 'la cosificación de la mujer' (cuando nos cosificamos matándonos de hambre para estar flacas, criticando a las otras como se visten o con quien y cuantos se acuestan) y por otra cantidad de argumentos llenos de palabras bonitas y rimbombantes que solo buscan adornar lo malas personas que somos, lo excluyentes y clasistas que somos, lo cafres que nos gusta ser y como aprovechamos cualquier espacio para desarrollarlo.
Capítulo aparte la edad en la que se escucha, y como lo bailan 'nuestros niños'. Sí, si quizá veo a uno de mis hijos en un baile epiléptico donde chocan la pelvis (que puede ser reguetón o champeta o bachata, que tampoco el oído me da para tanto) me daría un pequeño infarto. Pero, la connotación y perversión sexual se la pone el adulto que la ve. Al menos a mí me lo parece.
En el colegio con 12 o 13 años, jugábamos al burro, y montoneras, y a las cogidas entre niños y niñas. Y seguramente en esa época, si hubiéramos tenido tanto exceso de información, nos habrían acusado de inmorales, de hacer orgías con ropa y de acoso sexual mutuo. Creo que para ese momento de la vida, no habríamos sabido buscar en un diccionario la palabra 'orgía'.
¿Canciones malas? sí, creo que ninguna me gusta, aunque algunas me traen recuerdos graciosos y por eso las conservo en mi mente. En términos de lo que se y me gusta de música, no encaja en nada el ritmo, con las (des)armonías y las letras que en un 95% de los casos no entiendo, y que soy incapaz de diferenciar en una discoteca cuando se acabó una canción y empezó otra. No le doy esa mala vida a mis oídos. Pero me gusta ver la gente contenta. meneando la nalga, alzando la copa, burlándose de la vida y esperando el viernes para darle gusto a su cuerpo.
Es suyo, y ninguno tiene por qué decirle con qué lo pone a gozar.
No odio el reguetón, ni a la gente que lo escucha, no me parecen trogloditas, brutos o ignorantes, o mujeres con problemas de autoestima (ni los uribistas tampoco). Me gusta pensar que tengo la capacidad de ver la gente más allá de eso. Pero no tan más allá, así que espero que nadie se ponga de exigente.
Y si algún día me animo, escribiré por qué tampoco odio la música de Ricardo Arjona.
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